saludables. A pesar de los avances en esta
materia, las enfermedades no trasmisibles
asociadas a estilos de vida insanos siguen
siendo una epidemia a nivel mundial.
(Galdames Cruz, Jamet Rivera, Bonilla
Espinoza, Quintero Carvajal, & Rojas
Muñoz, 2019).
Hábitos alimenticios saludables
Los hábitos alimentarios se definen como la
selección de la cantidad, calidad y forma de
preparación de los alimentos que consume
un individuo. El estilo de vida puede
conducir a hábitos alimentarios
inadecuados que se comportan como
factores de riesgo de enfermedades
crónicas. (Garro Bustos, Correa, Junco
Marsur, Rodriguez Salama, & Biasi, 2018).
Hábitos alimentarios es el conjunto de
conductas adquiridas por un individuo, por
la repetición de actos en cuanto a la
selección, la preparación y el consumo de
alimentos. Y riesgo nutricional es la
probabilidad de padecer enfermedad o
complicaciones médicas en el tratamiento
con la nutrición. Es importante resaltar que
la vulnerabilidad de los hábitos
alimentarios interviene diferentes factores,
educativos, económicos y sociales.
(Alimentación y nutrición escolar
Educación alimentaria y nutricional, 2019).
El adulto cuando comienza su vida laboral
suele cambiar su gasto calórico. Por un lado,
ya no necesita la misma cantidad de energía
que se necesita en la etapa de crecimiento y,
por otro lado, en muchas ocasiones la vida
se vuelve más sedentaria. Por ello es
importante practicar buenas rutinas de
actividad física y aprender a organizar las
comidas para evitar el exceso de calorías
que nos lleven a ganar peso y también las
horas ideales para dormir de un adulto son
de 7 a 9 horas.
Las mujeres experimentan una mayor
cantidad de cambios en la edad adulta, y hay
que estar atentos a los cambios durante el
embarazo, la lactancia y la menopausia.
(Blázquez Blanco, 2017)
Los malos hábitos alimenticios son
responsables del 60% de patologías, hoy en
día se le da menos importancia con lo que
respecta la alimentación, con el simple
hecho de que ya estemos llenos y consumir
cualquier comida en un horario no
correspondido y satisfacer nuestra hambre.
Por otro lado, en su gran mayoría nuestro
país esta tan acostumbrado a alimentarse
en la calle donde se observa una gran
variedad de comida rica en grasas
saturadas conocida más como comida
chatarra. Se ha demostrado que en la
actualidad de diez personas que salen del
trabajo tres son las que van directo a un
mercado, pensión familiar, restaurante,
puestos fijos o lugares de expendio rápido
(patios de comida rápida).
Según la Encuesta Continua de Hogares
(ECH) 2003-2004, la participación de los
alimentos y bebidas fuera del hogar
respecto del gasto en alimentos alcanzó al
19,4%; y según la Encuesta de
Presupuestos Familiares (EPF) 2015-2016,
ahora asciende al 33,4%. Encabezan las
estadísticas con 44,1% Santa Cruz, le sigue
Trinidad con un 37,4%, el 36,5% La Paz,
33,1% en Sucre, 32,2% en Cochabamba, y
con un menor porcentaje está el área rural
(23,3%). En ese sentido se asume que poco
más del 33% de la población consume
alimentos que se venden en la calle que no
siempre es saludable (Justiniano 2019) y
esto está más ligado a la cultura, al nivel